Consejos

Servir los quesos a temperatura ambiente. Si los tuviste en el refrigerador, retíralos dos horas antes de servirlos. Nunca sirvas el queso frío.  La baja temperatura esconde los sabores naturales y los aromas en los quesos.

Siempre de menor a mayor. Cuando se sirve una tabla de quesos se sugiere montar los quesos mas suaves en el exterior, dejando los de sabores más fuertes hacia el interior, para comerlos al final. De lo contrario, los quesos de sabores sutiles parecerán desabridos.

Pan, galletas y nueces son acompañamientos típicos pero en realidad el queso da para mucho más. La miel, las mermeladas y la fruta fresca también pueden resaltar muchísimo los sabores.

Con los quesos azules van bien los panes con pasas o higos en su interior, porque el sabor dulce contrasta con el picante del azul. Con los quesos fuertes, panes integrales o con cuerpo.

Si vas a acompañar el queso con un buen vino, la temperatura ideal para servir el vino tinto es entre 15°C a 18° C, mientras que el vino blanco se debe servir entre 10º a 12º C. Después de abrir un vino tinto o rojo, déjelo respirar entre 15 a 20 minutos antes de tomarlo.

La temperatura ideal para conservar el queso varía según el tipo de queso, los quesos duros se deben conservar entre los 8 y los 12 grados, mientras que los quesos blandos se conservan mejor a temperaturas más bajas, entre los 4 y los 8 grados.

En caso de conservarlos en el refrigerador se debe utilizar la parte menos fría del refrigerador.

Para evitar que el queso se agriete cuando lo guardamos en el refrigerador es necesario envolverlo bien. Lo más fácil es usar el envase original del queso o papel film. Hay que tener cuidado de no apretar demasiado el queso con el papel para evitar que se recaliente y aparezca moho.También podemos usar papel de aluminio.

Otra opción es conservar los quesos en recipientes herméticos, como los tappers, pero tenemos que tener cuidado con los quesos blandos, ya que se pueden fermentar por la falta de oxígeno y el olor que provoca no es nada agradable.